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Primeros pasos: Haciendo tu mochila


Un momento crítico: Elegir lo que te acompañará y lo que no

Si bien los entrenamientos se reducen a acostumbrar a tu cuerpo a caminar con peso en rutas de longitud y dificultad progresivas, este puede ser quizás el momento más crítico de tus preparativos, por la complicación que supone descartar cosas que crees que son esenciales para ti en un viaje; al principio es difícil, no te desesperes.


Por suerte, tú vas a tener aquí una serie de recomendaciones que yo no tuve cuando empecé mi aventura peregrina, recomendaciones sobre peso que cargar y cosas que aparentemente son indispensables, pero que con el tiempo te das cuenta de que no lo son tanto... te cuento algunas anécdotas sobre mi experiencia y luego te digo lo que yo suelo llevarme, para que tengas un punto de partida.


En mi primer Camino, allá por agosto de 2004, yo era un novato y mi padre ya llevaba casi 11 años recorriendo rutas; mi experiencia en viajes era la que puede tener un chaval cuyas aventuras incluyen un tren y la casa de un familiar o un hotel/alojamiento en el que dejar todo el equipaje, así que te puedes imaginar mi idea de cómo hacer una mochila para una semana... sin exagerar, esa mochila podría llegar a pesar de 12 a 14Kg, muy por encima de lo que recomiendan los expertos, que es no cargar más de un 10% de tu peso (si pesas 70Kg, la teoría dice que tu mochila cargada no debería sobrepasar los 7Kg). Metí ropa diferente para cada día, me llevé mi discman (las nuevas generaciones puede que no sepan lo que es, era el mp3 -para discos- de aquella época) con una funda metálica de cerca de 20 espacios, todos ocupados por mis discos favoritos, la toalla era de las que se usan en casa (no como ahora, que está ese maravilloso tejido que es la microfibra, ultraligero y de secado rápido), todos los productos que usaba para mi melena rockera iban en botes recién estrenados... y toda clase de cosas con las que podría sobrevivir una semana de vacaciones en cualquier alojamiento, sin que mi padre me dijera una sola palabra sobre lo que estaba haciendo. Empieza a sumar peso y añade los kilos que de por sí pesa una mochila en vacío (de 1 a 3, según modelos), más el peso que supone una camiseta de vestir, en vez de esas técnicas y ultraligeras que se consiguen ahora desde 5 o 10€ y que en aquel tiempo no se tenían tan al alcance de la mano. Como ya te he dicho, el peso total debía estar cerca de los 14Kg, cuando yo podría pesar en torno a 70-80, es decir, más o menos el doble de lo recomendado.


Esta es una historia de la que ahora me río y que cuento a quien está empezando en este mundillo, para que vean lo fácil que es pasarse; cuando participé en el II Encuentro de Jóvenes con Cardiopatías de la Fundación Menudos Corazones, me presentaron como un experimentado peregrino y conté esta misma historia al tratar el tema de qué llevar; si bien íbamos a tener furgoneta de apoyo que llevaría el equipaje principal de un albergue a otro (por circunstancias físicas de los participantes; estoy en contra de este servicio, salvo en ocasiones MUY concretas que ya explicaré más adelante), la intención era no cargar con más de lo necesario, ya que en el I Encuentro parece ser que una participante se llevó hasta el secador de pelo.


Dicho esto, me dispongo a enumerar lo que para mi es el equipaje idóneo para un Camino de más de 4 días; la experiencia te enseña lo que está de más en tu mochila, al mismo tiempo que aprendes a llenarla de sueños, anécdotas y todas las historias de quien te rodea. Es el mejor equipaje, ya que te hace crecer como persona y no pesa en tu mochila.


  • Camisetas y pantalones: Hay guías en las que recomiendan 2 camisetas y 2 pantalones, pero yo suelo meter 3-4 camisetas técnicas (casi no pesan, secan rápido; siempre meto una de manga larga) porque se ha dado el caso de no tener ropa seca para una etapa, por temporal de lluvia en un Camino; también meto alguna camiseta de vestir, por eso de no ir siempre como un poste reflectante de carretera. Pantalones suelo tener unos que uso exclusivamente para hacer las etapas y un par de ellos más para tener repuesto y algo de ropa para hacer turismo cuando termine; si los llevas desmontables, hacen las funciones de pantalón largo y corto, adaptándose a tus necesidades. También suelo meter un bañador, ya que hay Caminos en los que puedes encontrar una piscina y/o una playa en la que refrescarte.

  • Ropa interior: Por inercia, por manía o por el nombre que quieras darle, llevo tantas mudas como camisetas. Es costumbre para mí el llevar calcetines técnicos, que previenen la aparición de ampollas porque suelen llevar refuerzos en las zonas más susceptibles de sufrir la aparición de estas desagradables compañeras. Hay superficies en las que puedes conseguir 2 pares por 15-20€, igual que las tienes en las que te venden pares a 40 y 50, según tejidos; los míos no pasan de 18€, pues los uso casi exclusivamente para hacer Camino y doy fe de que se amortizan. No obstante, esto es una opinión personal, ya que conozco a gente que camina más cómoda con calcetines normales y a los que el tejido de los técnicos les provoca reacciones alérgicas. Para gustos, los colores.

  • Ropa de abrigo: Esta elección está íntimamente ligada a la época del año en la que vayas a hacer Camino, además del temporal que puedas encontrarte en tus etapas. Como lo más habitual es hacer Camino en época primaveral y veraniega, lleva siempre algún forro polar (a primeras horas de la mañana siempre hace un poco de fresco, hasta que tu marcha te hace entrar en calor) y como algo opcional, un cortavientos ligero si lo tienes (junto al forro polar, puede hacer la función de abrigo, ahorrándote espacio y peso). Ante la posibilidad de lluvias (algo bastante habitual en la zona norte de la Península Ibérica, en cualquier época del año), una capa que cubra tu cuerpo y tu mochila es algo que siempre debe estar en tu lista de equipaje; en mi caso, prefiero una funda para mi mochila y un chubasquero para mí, pero las dos opciones son válidas. Lleva un pañuelo para proteger tu cabeza en horas calurosas y tu boca de los mosquitos (hay zonas en las que parece haber más mosquitos que vegetación; no son todas, pero las hay, te lo aseguro). Yo llevo uno tipo palestino, que son grandes y pesan poco. Respecto a guantes, bufandas y abrigos de plumas, lo pongo como opcional porque depende de si eres una persona friolera y de si tu Camino es en época invernal.

  • Calzado: Aquí volvemos a la charla de la entrada anterior, en la que cada cual elegirá unas opciones u otras; mi elección se reduce a unas chanclas para la ducha (no sé tú, pero yo no me meto descalzo en una zona común de ese tipo), unas zapatillas de deporte para tramos largos de carretera y/o turismo en la población de destino y unas botas para las etapas más exigentes. Lo dije en otra entrada, lo diré a su debido tiempo y lo vuelvo a decir en este punto: procura que sea SIEMPRE calzado hecho a tu pie, no es nada recomendable hacer Camino con calzado nuevo, ya que se supone que vas a hacer más de 10Km diarios. Mejor cruzar un monte empedrado con unas zapatillas viejas que con una botas recién estrenadas.

  • Ropa y accesorios de baño:

    • ​Toalla de microfibra. Apenas pesa y seca bastante más rápido que las típicas de algodón que todos tenemos en nuestras casas, lo que la convierte en una muy buena opción; sin embargo, no es necesario que sea una toalla en la que entren 3 personas, las hay tamaño toalla de lavabo (las que normalmente son para manos) y que cumplen perfectamente su función. Como algo opcional, hay quien añade una pequeña toalla de cara, aunque no es mi caso.

    • Neceser. En lo referente a accesorios de baño, mi opción habitual es la de un bote de esos de gel+champú (siendo solamente unos días, una melena puede soportar ese "castigo", hablo desde la experiencia), aunque también es buena la opción de usar los típicos jabones que nadie toma prestados de los hoteles (guiño, guiño). Son pequeños, pesan poco y suelen dar para 2 o 3 duchas; la opción del gel+champú se puede encontrar en formatos de 500ml por apenas 1 o 2€. Algo obligatorio si pretendes relacionarte con gente es llevar un desodorante (también los hay en tamaño reducido para viajes), un peine y el pack de cepillo y pasta de dientes. Esto es lo esencial, el resto ya son añadidos en función de tus necesidades. Piensa que aunque solamente sean unos gramos de más, sumar esos añadidos al final hacen kilos extra para tu espalda y en la mayoría de Caminos vas a encontrar servicios de todo tipo en casi todas las poblaciones, no lleves lo que no sea estrictamente necesario. Como recomendación, ese mismo bote de gel+champú (o pastilla de jabón, según gustos) puede servirte para lavar tu ropa; con esto ahorras el peso que supone tener un jabón para tu cuerpo y otro para tu ropa.

    • Unas toallitas de aseo o papel higiénico puede salvarte de un apuro en mitad de una etapa.

  • Ropa de cama y otros accesorios:

    • Saco de dormir y esterilla. Los hay tipo sábana, que pesan y ocupan muy poco; siempre vas a encontrar mantas en los albergues y en caso de no haberlas, está tu ropa de abrigo. Si haces Camino en época invernal, igual es más recomendable un saco grueso. Últimamente me he acostumbrado a llevar una de esas mantas térmicas de emergencia porque no ocupan ni pesan más que un paquete de tabaco y son muy útiles en casos en los que hace frío y no tienes cerca una manta convencional. Con decirte que no la he estrenado, podrás hacerte una idea de los albergues sin mantas que he encontrado en estos años. La esterilla era algo que solía acompañarme, pero como en los albergues suele haber colchones o y/o colchonetas en las que poner mi saco, dejé de llevarla... tú decides.

    • Funda de almohada. Los albergues suelen proporcionar fundas higiénicas desechables (en algunos incluso te ponen ellos la ropa de cama), pero hay quien echa una pequeña funda a su mochila. Opcional, sujeto a gustos.

    • Gorra y gafas de sol. Un clásico, especialmente en épocas en las que hay mucho sol.

    • Ladrón de 2 o 3 enchufes. Parecerá una broma, pero te aseguro que las primeras camas que se ocupan son las que tienen enchufe cerca; de esta manera, podrás cargar tu teléfono móvil o tablet sin necesidad de robar a nadie el enchufe que esté usando.

    • Navaja. Yo no hago Camino sin la mía. Muy útil por ejemplo si necesitas abrir una barra de pan para hacerte un bocadillo. En mi caso, además, me compré un pack de cubiertos de camping (cubiertos+funda por apenas 5€) porque hay albergues en los que tienen pocos o ningún cubierto.

    • Cuerda y pinzas. Por norma general no vas a tener ningún problema para tender tu ropa, pero un par de metros de cuerda y unas cuantas pinzas pueden salvarte de más de un apuro.

    • Botiquín. Entramos en un tema importante, hay kits de primeros auxilios muy útiles para tu Camino. El mío consiste en una pomada para rozaduras (suena a broma, pero las que se usan para prevenir irritaciones en la piel de los bebés son milagrosas), unas toallitas desinfectantes con alcohol, unas pequeñas tijeras, unas gasas, esparadrapo, hilo y agujas. También hay quien usa Compeed para sus ampollas, a mi me va mejor (y bastante más barato) usar tiritas cuadradas de tamaño mediano; después de tantos años tengo total control sobre las zonas en las que me van a salir ampollas y prevengo las rozaduras con esas tiritas, colocadas en los puntos clave. Además, aunque soy ex-fumador, llevo encima un mechero para ayudar en la desinfección de material. De todas formas, piensa que en TODAS las farmacias de TODOS los Caminos van a tener casi cualquier medicamento o elemento que puedas llegar a necesitar en tu Camino. En mi caso, tengo todo metido en un pequeño tupper de plástico que puede hacer las veces de plato si en un albergue no hay suficiente menaje.

    • Crema protectora. Parece una tontería, pero pasar muchas horas caminando al sol puede suponer que te quemes la piel... créeme, NO es nada agradable hacer Camino con la piel quemada por olvidarte de este pequeño detalle.

    • Linterna. Hoy en día tenemos todo tipo de aplicaciones para teléfonos móviles y esta es una de ellas, pero lo habitual es no poder regular la intensidad del haz de luz que desprende nuestro terminal. En las noches de albergue es muy recomendable un frontal (linternas que se adaptan a nuestra cabeza) o pequeña linterna con una intensidad que no deslumbre ni despierte a los demás peregrinos y que pueda servirnos para cubrir los tramos a primeras horas de la mañana, las previas a la salida del sol. Repito que la linterna del teléfono es muy útil, pero gasta batería y si vamos a cubrir tramos de cierta peligrosidad, mejor destinar la batería para una eventual emergencia.

    • Bolsas de plástico. Las de congelación son muy útiles para usarlas como basura improvisada (POR FAVOR, no tires nada al suelo; recuerda mantener limpio el medio ambiente), mientras que las de cierre hermético las tienes de muchos tamaños y pueden venirte muy bien para proteger tu equipaje de posibles fugas de líquidos. Las típicas de la compra cumplen muy bien esa función, pero créeme, no es nada agradable escuchar el concierto de plásticos de madrugada, cuando los más madrugadores deciden ponerse en marcha. Las herméticas son mas silenciosas y si tienes ropa lavada que no ha secado, evitarán que la humedad se propague por tu mochila.

    • Cantimplora. Hoy en día puedes encontrar tiendas en prácticamente todas las poblaciones por las que pasan los Caminos, así que una botella de agua o refresco no va a ser muy difícil de encontrar; la mía es de 1L. También está la opción de unas bolsas de plástico que van dentro de la mochila y que se conectan a tu boca mediante un tubo por el que puedes aspirar para beber. No he usado este sistema aún, pero estoy pensando en usarlo, aunque su desventaja es que la cantimplora puedes ubicarla en función de tus necesidades y la bolsa ha de ir sí o sí en tu mochila, lo que supone un peso fijo. Si se rompe la bolsa, prepárate para un equipaje pasado por agua y la posibilidad de cubrir una etapa sin opciones de hidratación.

    • Bordón o bastón. Muy útil para las etapas, será un gran apoyo para subidas. Puedes usar el típico bastón de madera (mi opción, sin duda) o esos bastones extensibles y ligeros que se usan en las marchas de senderismo; uno o dos bastones, es decisión tuya.

    • Credencial de peregrino. ¿Cómo? ¿Aún no sabes lo que es? no te preocupes, va a tener una entrada para ella solita, en la que te hablaré de lo que es, para qué sirve y cómo obtenerla.

  • Otros. Supongo que usarás tu teléfono móvil para hacer fotos y estar en contacto con los tuyos, así que su cargador no estaría de más. Si te gusta la fotografía más allá de lo que haces con tu teléfono, una cámara es recomendable porque vas a encontrar paisajes alucinantes, pero piensa que es un peso extra. La documentación, tarjeta sanitaria, dinero y demás elementos no los menciono porque doy por hecho que son lo primero que tienes en cuenta en tu día a día. Este apartado es un poco peligroso porque mis otros pueden no ser tus otros y puedes caer en el peligroso error de los por si acaso. Ten cuidado y medita bien si el extra de peso que supone un artículo concreto es algo que realmente vas a necesitar o lo vas a llevar por si acaso. Recuerda mi historia.

  • Opcionales. Una riñonera siempre es útil para tener a mano lo indispensable y evitar tener que ir a tu mochila a por ello; una pequeña mochila de tipo-saco puede sustituir o complementar esa riñonera, además de servir para guardar ropa y/o accesorios.


Esta entrada me ha servido para hacer la mochila que voy a usar en mi próxima aventura peregrina, que empezará el próximo miércoles día 3 y que procuraré relatar a diario, si el tiempo y la conexión a internet lo permiten. Si has llegado hasta aquí, seguro que ahora entenderás la necesidad de llevar lo indispensable; en próximas entradas te hablaré de la credencial y de presupuestos para TU Camino, verás que hay Caminos para todos los bolsillos y que no es necesaria una gran inversión para vivir una gran aventura.


Muchas gracias por tu tiempo.

¡Un saludo y Buen Camino!

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