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4. Chanaz - Saint Maurice de Rotherens

  • Foto del escritor: Admin
    Admin
  • 19 may 2018
  • 2 Min. de lectura

Otra etapa larga y durilla, por culpa de la falta de información sobre perfiles y servicios de la zona... pero con unas magníficas vistas.


Esta etapa alcanza la friolera de los 870m de altitud y tiene un trazado un tanto rompepiernas, con largas e intensas subidas. En cuanto a servicios, cabe mencionar Yenne (tiene de todo), pero casi de pasada porque apenas te asomas al pueblo, estás saliendo de él.


En el tramo Chanaz - Yenne hay que hablar de una subida intensa y paulatina hasta la Capilla de Saint Romain, seguida de una importantísima y dura bajada que hay que tomarse con mucha calma (no como yo, que estoy un poco loco y casi la bajé corriendo). Los últimos 5 o 6Km son un agradable paseo pegados al río. Nosotros hicimos parada en Le Fer du Cheval, un bar con habitaciones situado a pie de Camino y justo en un cruce en el que decidir si tomar variante, aunque nosotros optamos por seguir el trazado considerado oficial.


Respecto al tramo Yenne - St Maurice, se sale de Yenne con un ascenso que culmina en la capilla de Nuestra Señora de la Montaña, situada en un lugar privilegiado desde el que se obtiene una panorámica espectacular.

A partir de ahí, sucesiones de llanos y ascensos, pues es en este tramo en el que se alcanza la cota máxima... con mucha paciencia se superó, teniendo unos metros en los que se puede apreciar el paisaje desde las alturas.

La bajada es muy intensa, la llevé a cabo mientras me lamentaba por haber diseñado las etapas en base a la distancia y no al perfil... y una vez más, la guía de la GR65 (francesa) que compré se quedó corta en km.


En St Maurice de Rotherens hay 2 posibilidades de alojamiento; una es el bar Les Chamois, donde nos tomamos un par de bocadillos de jamón y queso con pepinillos (he descubierto un nuevo conjunto de sabores), cerveza, cocacola y 2 porciones de tarta de manzana por tan solo 14€. La otra es la Gîte Le Vernay, con opción de añadir las comidas (algo muy recomendable, ya que no hay nada cerca). Nosotros elegimos la última, a pesar de estar apartada de la ruta.

La habitación que nos tocó era bastante pequeña, pero el peregrino agradece y no exige, así que más que suficiente. La cena estuvo deliciosa (2 platos, queso, postre, vino y pan) y el trato impecable, dándonos toda clase de facilidades para el desayuno porque íbamos a madrugar mucho y no queríamos molestar.


Ahora que ya tengo toda esta información, igual habría modificado las etapas para equilibrarlas un poco; recuerda estas palabras si algún día te animas a seguir mis pasos.


Muchas gracias por tu tiempo.

¡Un saludo y nos vemos por los Caminos!


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