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13. St Julien-Chapteuil - Le Puy-en-Velay

¡Última etapa de esta aventura! El día amaneció gris, amenazando lluvia, así que pusimos las fundas a las mochilas y empezamos a andar por las pistas asfaltadas que nos llevaron, con pendientes de escasa dificultad, a lo largo de 13Km hasta llegar a Brives-Charensac (todos los servicios), donde hicimos nuestra parada de café y bollo. El tramo desde Brives-Charensac transcurre paralelo al río, así que se hace muy agradable, a pesar del día tan feo. Casi entrando en Le Puy, la lluvia empezó y tuvimos que cubrirnos; los últimos 3-4Km tuvimos que usar el GPS porque la señalización nos obligaba a curzar unos metros de río que bajaba con fuerza, así que nos desviamos por carretera para evitar riesgos innecesarios. Al pasar cerca del peñón sobre el que descansa la iglesia de San Miguel d'Aiguilhe, no pudimos evitar ceder a la tentación de enfrentarnos a los más de 200 escalones para subir a ser testigos de las impresionantes vistas que se divisan desde allí; me impresionó tanto que decidí que fuera la foto que presentara esta entrada. En torno a un par de kilómetros más tarde, apareció ante nosotros la imponente Catedral de Le Puy, ¡habíamos terminado nuestra aventura! Los que me conocen saben que no soy en absoluto religioso, pero tengo que reconocer que me costó controlar la emoción de haber llegado hasta allí y cruzar sus puertas... un Camino terminaba, pero otro empezaba, pues habíamos acabado la Via Gebennensis, pero la Via Podiensis nos esperaba... ... aunque eso es otra historia que está por escribirse, en 2019 si todo va bien. En cuanto a Le Puy... no sé qué contarte, más allá de reconocer que me he enamorado de ella; en periodo primavera-verano, si el tiempo lo permite (y quiso el Apóstol que nosotros pudiéramos disfrutarlo), existe un espectáculo de luces y sonido en diferentes puntos de la ciudad. Se trata de proyecciones en las fachadas de monumentos, las cuales cuentan la historia de la población, del propio monumento, o simplemente hacen un homenaje a figuras ilustres. La de Saint Michel d'Aiguilhe incluye a un dragón, con eso te lo digo todo... y hasta aquí puedo escribir, pues hay que mantener algo en secreto y animarte a visitar tan bella ciudad. Por mi parte, aquí acaba esta aventura; ha sido un esfuerzo sobrehumano, pero me enorgullece haber coseguido superarme a mi mismo y haber cubierto los casi 350Km de ruta montañosa... Si estás leyendo estas palabras y me has acompañado durante toda la aventura, si simplemente pasas por casualidad o si estas líneas te animan a vivir la experiencia, gracias por la visita a este blog. Muchas gracias por tu tiempo. ¡Un saludo y nos vemos por los Caminos!


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