8. Revel Tourdan - Condrieu
- Admin
- 23 may 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 27 may 2021

Etapa larga, pero sin grandes complicaciones.
Una vez más, la alarma sonó temprano porque teníamos unos cuantos kilómetros de etapa por delante y no queríamos que se nos hiciera muy tarde.
El tramo entre Revel Tourdan y Assieu es bastante cómodo y está perfectamente señalizado, mejor incluso que muchas de las rutas que he recorrido en España.
Núcleos de población hay pocos y los que tienen servicios, no los tienen en Camino y toca desviarse, algo que decidimos no hacer porque no sabíamos si los encontraríamos y no era plan de regalar más kilómetros.
Cabe mencionar que a la salida de Assieu se recorre un sendero y llega un punto en que el Camino se divide, yendo una ruta hacia Conas-Sur-Varèze y la otra, hacia Cheyssieu, siguiendo esta última hacia Saint-Prim, Les Roches-de-Condrieu y Condrieu. Ambas rutas se vuelven a unir en Chavanay.
Nosotros optamos por la segunda opción, a pesar del rodeo que se da, pero mereció la pena; la opción que va hacia Clonas-Sur-Varèze es más corta, pero según nuestra guía, transcurría por carreteras de mucho tránsito y eso es peligroso.
Si la primera mitad resultó bastante cómoda, la segunda lo fue aún más, sin apenas grandes pendientes; al llegar a Cheyssieu, vimos señalización de un bar-tienda y nos animamos a recorrer los cerca de 200m, ya que iba haciendo falta una parada para el café. Una chica muy amable nos atendió y se interesó en nuestra procedencia y el motivo que nos llevaba a recorrer esas rutas.
De Cheyssieu a Condrieu se hace un poco pesado porque ya hay muchos kilómetros recorridos y el cansancio hace mella.
La entrada en Roches-de-Condrieu se hace con un tremendo (y casi interminable) descenso, hasta toparse con el puente que cruza el río Ródano y que sirve de entrada en la bella población de Condrieu, dotada de todos los servicios.
El alojamiento elegido para la ocasión fue la Gîte Julie, regentada por un matrimonio muy agradable que entiende algo de español, lo que nos facilitó la comunicación; ofrecen habitación y desayuno, nos buscamos la vida para conseguir cena y nos invitaron a unas deliciosas fresas, algo que agradecimos de corazón. Es de esos sitios que dejan huella.
Muchas gracias por tu tiempo.
¡Un saludo y nos vemos por los Caminos!
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