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Historias Abiteras: Mi primera vez

Con esta entrada inicio una sección que ya tengo en un grupo de Facebook llamado Camino Primitivo. La Casita de Aba. Es un rincón con un gran ambiente, en el que hay cabida para todos y todas.


Las dos primeras entradas corredponden a mis dos publicaciones hechas hasta el momento... vamos allá.


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¿Cómo fue vuestra primera vez en el Camino?

Si algo me llama la atención cuando salgo a mi cita con las rutas es conocer de primera mano las historias que llevan a la gente a coger una mochila y cambiar el planazo de playa y chiringuito por el de ampollas, sudor y mucho caminar... os cuento mi primera experiencia y os animo a exponer las vuestras :) Empecé en el 2004, tras 10 años diciéndole a mi padre "el año que viene te acompaño" (cabe mencionar que mi pasión me viene por "herencia", él empezó en Roncesvalles en el 93). Como soy bastante cabezón, no quise escucharle e incumplí toooodas las normas básicas sobre cómo preparar una buena mochila; por poner algunos ejemplos... - ¿Me iba una semana? Pues ropa para una semana. Teniendo en cuenta que por aquel entonces las camisetas técnicas empezaban a salir al mercado y mi bolsillo no me permitía hacerme con ellas, llevé nada menos que 5 o 6 camisetas de las de vestir. - ¿Toalla de microfibra? Por supuesto, pero la más grande que encontré. - Como seguro que iba a tener tiempo libre, decidí que era bueno llevarme mi discman (sí, discman); como soy gran consumidor de música original, decidí que sería una magnífica idea llevarme mi funda metálica con espacio para al menos una docena de CDs.. por supuesto, cargada a tope. En resumen, una mochila de 65L bien cargadita... peso mínimo de unos 15Kg y seguro que me quedo corto. El Camino elegido sería el Aragonés desde Jaca; la primera etapa, con final en Arrés, se me hizo bastante pesada (a ver quién adivina el motivo) y de la segunda no llegué ni a la mitad... esa semana fue realmente dura porque tampoco tenía entrenamiento de ningún tipo y el calzado era prácticamente nuevo. La idea era llegar a Puente La Reina y tuvimos que retirarnos en Sangüesa. Cuando cuento este inicio, es normal que la gente me pregunte cómo es posible que a día de hoy siga haciendo Caminos... os voy a contar el motivo, algo que para primerizos puede ser de gran ayuda para entender una gran labor que en ocasiones está infravalorada. El caso es que hace un par de años fui con una amiga a la Asociación de Amigos del Camino de Madrid (de la que soy socio) para recoger un par de credenciales. Al entrar en la oficina, me llamó la atención una de las mujeres que estaban atendiendo a la gente; una mujer mayor que me sonaba muchísimo, pero no sabía de qué, así que supuse que sería de alguna otra visita. Al llegar nuestro turno, coincidió que fue ella quien nos atendió y me dio por preguntar un nombre... Alicia... Resultó ser el suyo, así que le pregunté si tanto ella como su marido habían sido hospitaleros alguna vez... en 2004 habían sido hospitaleros en Arrés, coincidiendo su estreno como tal con mi estreno como peregrino. Al corroborar todo eso, tuve ocasión de decirle que, después de más de 10 años desde aquella noche, seguía haciendo Camino, gracias al trato que recibí en aquel albergue. Llegué hecho polvo, pero la humanidad que demostraron y lo bien que me trataron me animó a continuar y a seguir viviendo experiencias como aquella. Fue una semana durísima, pero gracias a que ella y su marido se cruzaron en mi Camino (nunca mejor dicho), entendí que todo esfuerzo tiene su recompensa y que el Camino te da lo que necesitas (que no siempre coincide con lo que quieres), si tú pones de tu parte para merecerlo. Aún hoy sigo recordando aquella primera toma de contacto; fue muy dura y llegué a arrepentirme de haberme apuntado a esa locura que mi padre hacía cada año, pero gracias a Alicia y a Ernesto, cada vez que estoy a punto de tirar la toalla pienso que la recompensa bien merece el esfuerzo. Ellos fueron mis ángeles en aquella primera experiencia. De esa semana hay alguna que otra anécdota más, pero lo dejo para otra ocasión... Y vosotros... ¿cómo fue vuestra primera vez?

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