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Historias Abiteras: Mabe o cómo una persona que aparece por casualidad puede marcarte de por vida.

¡Muy buenas!


En esta entrega quiero hablaros de alguien que un día se cruzó en mi camino y que, sin proponérselo, se convirtió en la responsable de que a día de hoy tenga el Camino de Santiago como forma de vida y no dude en luchar por aquello en lo que creo: ella se llamaba Mabe y fue mi primer Amarillo (para entender esta referencia te recomiendo que leas El Mundo Amarillo, de Albert Espinosa).

Poneros cómodos, que la historia es larga...




A mediados de 2011, durante una tarde de fotos y recuerdos en casa de la que por aquel entonces era mi pareja, su madre nos contaba entre risas las locuras de juventud, como la vez en la que recorrió la transpirenaica en 4×4, haciéndose fotos con el vehículo en marcha, sentada en la parte superior del mismo. En los tiempos de aquellas locuras, la maldición del cáncer era algo inimaginable y lo importante era exprimir cada segundo, pero unos pocos años después llegó el bicho... y fue para quedarse. Entre fotos y risas, aquella mujer (Mabe, como le gustaba que la llamasen) me regaló una tarde de aprendizaje y ganas de vivir. Sin saberlo todavía, estaba reviviendo en mi un sentimiento abandonado muchos años atrás, por problemas psicológicos y personales que no vienen al caso. En fin... lo que me llamó la atención fue un álbum en el que habían puesto las fotos de todos sus viajes por Aragón; dio la casualidad de que al abrirlo, la primera foto correspondía al año en que visitaron el monasterio de San Juan de la Peña y al oír ese nombre, algo en mi cerebro se activó... Camino Aragonés. Recordé que 7 años antes había estado a punto de visitarlo y le conté aquella primera experiencia de Camino... a quien haya leído mis historias, efectivamente es la de la mochila que pesaba el doble de lo que debería pesar. Mabe escuchó atentamente mis anécdotas y me contó que uno de sus grandes sueños era hacer Camino, pero el maldito cáncer le había obligado a posponerlo y posteriormente, eliminarlo de su lista. Aquellas palabras llegaron hasta lo más hondo de mi ser, no fui capaz (y sigo sin serlo, 8 años más tarde) de olvidar la expresión en sus ojos. Esa misma noche llamé a mi padre para contarle lo ocurrido y preguntarle si era posible hacer Camino por una persona; al obtener respuesta afirmativa por su parte, le dije que tenía prisa por llegar, ya que Mabe llevaba 17 años de lucha ininterrumpida y el tiempo no corría precisamente a mi favor... fue cuando supe que con 100km a pie se podía obtener una compostela y que si uno hacía Camino por otra persona, se podía añadir el nombre, precedido de las palabras Vicarie pro. Nunca he estudiado latín, pero por contexto entiendo que debe significar algo así como en representación de. En agosto de aquel año sacrifiqué mi presencia en el cumpleaños de la persona más importante de mi vida para volver a cargar una mochila (esta vez con mucho menos peso que las anteriores) y el Camino elegido fue el tramo desde Tui, los últimos 100Km del Camino Portugués Central. No fui solo, pues mi padre (recién diagnosticado de cáncer) decidió unirse a mi cruzada y hacerlo él por una amiga de la familia que también estaba pasando por aquello. Resultaba curioso que 2 hombres llevasen credenciales con nombre de mujer, pero al contar nuestra historia, todo el mundo quería aportar su sello. Hubo quien no comprendió que mi primera compostela fuera a acabar en otras manos (me decían que llevase una fotocopia y me quedase la original), pero eso no hizo sino aumentar mis ganas de cumplir aquel sueño... cabe comentar que su hija (hoy mi ex) no supo nada hasta que necesité los datos de su madre en Santiago. Dicen que la primera llegada no se olvida... Al saber que estaba oficialmente en Santiago, saqué mi camiseta del Cádiz CF y me envolví en mi bandera andaluza, iniciando un ritual que aún hoy llevo a cabo en cada llegada. Habían sido unos días de sufrimiento por falta de entrenamiento, pero todo desapareció al entrar al Obradoiro... había cumplido mi promesa, Mabe tendría su compostela. Al volver a Madrid, su hija vino a buscarme a casa de mis padres y después de comer nos fuimos a la suya para hacer entrega del regalo. Mabe sabía que había vuelto al Camino, pero nunca imaginó el motivo y por supuesto se negó a cogerla, pero no acepté el no por respuesta; me dijo que cuando le llegase su hora, su deseo era que tanto la compostela como la credencial volvieran a mis manos, ya que nunca había recibido un regalo tan bonito como que alguien ajeno a su familia cumpliera por ella uno de sus sueños. Dicen que todo pasa por algo... Apenas un par de semanas después de todo esto, recibí un whatsapp de Mabe diciéndome que le urgía hablar conmigo, seguido de uno de su hija diciendo que necesitaba verme. Tras 17 años de lucha, Mabe había decidido retirarse (que no rendirse) y empezar con cuidados paliativos; me hizo prometer que cuidaría de su hija y me agradeció una vez más que le regalase aquel trozo de Camino que pudo eliminar de su lista de cosas pendientes antes de morir. Esas fueron las últimas palabras que nos dijimos. Fue lo último que tachó de su lista, pues apenas un mes después, un 7 de octubre de madrugada, dejaría este mundo para convertirse en una de las estrellas que hoy guían mis pasos. A veces, las personas que menos esperas son las que te marcan de por vida; a día de hoy, cuando planeo mi 11° llegada al Obradoiro, sigo teniendo muy presente aquella primera vez. Nunca recuperé la credencial y mucho menos mi primera compostela (además, siendo un modelo diferente al que se obtiene actualmente), pero tampoco las pedí, pues son papeles que no van a devolverme a quien se fue. Aunque esto no tiene nada que ver con el Camino, lo comento para deciros que nunca olvidéis que hay que exprimir cada día como si fuese el último; Mabe apenas tuvo fuerzas para caminar, pero cada minuto con ella era una lección de vida y (hablando en plata) de cojones. Hace casi 8 años que falleció y aún a día de hoy me cuesta recordarla y contar con detalles aquella primera llegada... esto ha sido posible gracias a alguien que hace poco lanzó la pregunta de si algun× había hecho Camino por amor. Desde entonces y hasta ahora, el Camino Portugués para mi ha sido sin duda el Camino Solidario, ya que todas las llegadas han sido por causas o personas y no por mi mismo. Y vosotr×s... ¿Alguna vez habéis hecho Camino por alguien?

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